Monday, June 21, 2010

Carta póstuma a la Sra. Jean Rhys:

Estimada Sra. :
Acabo de terminar de leer su libro Ancho mar de los Sargazos y me ha parecido precioso, lleno de belleza, nostalgias y sentimientos. Este libro llevaba más de 10 años esperando en las estanterías de mi casa después de haber sido ya abandonado por algún otro miembro de la familia. Ahora - por fin - me ha encontrado. Sólo ha hecho falta que alguien me recordara su valor. Nada me ha desagradado de este libro. Me gustó mucho - muchísimo - Jane Eyre y me ha encantado la idea de escribir la historia de quien yo pensaba que era Bertha... y no, era y es Antoinette.
Realmente cuesta empezar su lectura Al comienzo es un libro difícil, árido, pero una vez que te enganchas al ritmo de la lectura de todas las palabras (una a una) y de las comas (en mi opinión, lo más importante de su estilo) todo viene seguido.
La razón del abandono Este familiar abandonó el libro nada más comenzar porque fue que se supuso una mala traducción (en esta edición de Anagrama del 90, 2ª ed., hay una nota que dice "traducción cedida por Editorial Noguer"). No sabría decir si esto es así, lo que sí comparto es que la lectura se hace "cuesta arriba" en ocasiones cuesta a veces. Me ha hecho gracia, en este sentido, encontrar palabras que hoy ya no me parece ver en los textos que leo como "lo hice adrede" y alguna más que ahora no recuerdo ni tengo apuntada.
En esta historia no se siente lástima de Mr. Rochester, algo que él anhelaba. En cambio, nos quiere hacer sentirla por La que la merece, según lo que nos quiere hacer creer, es Antoinette. Entonces, usted cambia la visión entonces de Brönte, que nos infunde el sentimiento de hace sentir pena por el del caballero que tiene que cargar con una culpa que no le corresponde (según ella - la escritora - y según él - el personaje según las visiones de la propia escritora y de la que asigna a su personaje).
Me ha pasado algo extraño mientras leía su libro. No es la primera vez (creo recordar) pero me he olvidado totalmente de que leía. La historia ha ocurrido en directo y desde luego, para mí no era ficción. Si acaso en algún momento era algo que me contaban estaban contando pero sin duda, había ocurrido, eran hechos reales. Creo que esto es lo que pasa con los grandes relatos como el que usted escribió ha escrito. Muchas gracias Sra. Rhys por dejarnos esto.
Con cariño

P. D. a los ajenos: He señalado muchísimos pasajes, párrafos, frases, pero sólo reseñaré algunos. Además, los dejo para otra ocasión. [La ocasión ya llegó un tiempo después]. He copiado mucho. Espero que el Sr. de la Propiedad Intelectual no se moleste. Ahí va:

Italia es columnas blancas y agua verde. España es sol ardiente sobre piedras, Francia es una dama de negro cabello y blanco vestido...

Me preguntó si me sentiría sola, y yo, con la vista fija en los colores, dije:
- No.
Pensaba, horas y horas y horas.

Recé, pero las palabras cayeron al suelo, sin significado.
De la hermana Marie Augustine:
Como si hablara para sí, dijo:
- Vuelve a la cama, sin hacer ruido. Piensa en cosas que te calmen y procura dormir. Pronto daré la señal. Pronto será mañana por la mañana.

Un fresco y remoto lugar...Me pregunté dónde se echan aquí las cartas. Doblé la mía y la puse en un cajón del escritorio. En cuanto hace referencia a mis confusas impresiones, debo decir que nunca las haré constar por escrito. Hay en mi mente lagunas que no pueden colmarse.

Si es una historia triste - le dije -, no me la cuentes esta noche.
- No es triste. Pero, a veces, ocurren cosas que quedan para siempre, aunque se olvide por qué ocurrieron y cuándo ocurrieron. ...

- ¿Por qué me has hecho desear la vida? ¿Por qué me has hecho esto?
- Porque quería que así fuera. ¿No te parece bastante?
- Sí, es bastante. Pero si llegara el día en que no lo quisieras, ¿qué haría? Supón que un día te llevaras nuestra felicidad, mientras yo estuviese distraída...
- ¿Perdiendo la mía? ¿Crees que soy tan insensato?
- No estoy acostumbrada a la felicidad. Me da miedo.
- No tengas miedo jamás. Y si lo tienes, a nadie lo digas.

De Daniel Cosway:
Me siento junto a la ventana, y las palabras vuelan ante mí, como pájaros. Con la ayuda de Dios,atrapo algunas.

De Christophine:
- Los hombres así, cuando no te aman te odian más y más al intentar tú que te amen. Si los amas, te tratan mal, y si no los amas te persiguen día y noche para conquistar tu alma.

Y el pasaje más largo, pero más bello a mi parecer:
Bajo las adelfas... Contemplaba las ocultas montañas, y las nieblas que las cubrían. Hoy hace fresco. Es un día fresco, calmo y nuboso, cual los del verano inglés. Pero, por mucho que viaje, jamás veré un lugar tan hermoso como éste. Falta poco para la temporada de los huracanes, pensé, y advertí como aquel árbol hundía más sus raíces en la tierra, para resistir el empuje de los vientos. Inútil. Cuando llegan los vientos los árboles caen. Algunas palmeras reales quedan en pie (me lo dijo ella). Quedan sin ramas, como altas columnas pardas, pero en pie, desafiantes. Por algo se denomina reales. Los bambús adoptan una actitud más cómoda, se inclinan hacia la tierra, yacen en la tierra, y, allí, gimen, se estremecen y suplican clemencia. Y el viento pasa despectivo, sin fijarse en aquellos miserables seres. (Dejémosles vivir.) El viento salvaje pasa, rugiendo, gritando, riendo.

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